Redefiniendo el propósito

07/13/2020

Primero lo primero: ¿qué es el propósito de marca?

A veces suele confundirse con la promesa, pero no es lo mismo. La promesa nos indica lo que podemos esperar de un producto o servicio. El propósito de marca es el objetivo ulterior de su existencia, la razón por la que nos dedicamos a hacer esa promesa. 

¿Vender es un propósito?

Sí, sin embargo, la rentabilidad como objetivo único suele empujarnos al territorio de pensar a corto plazo, corriendo el riesgo de que nuestro diferenciador se base en una estrategia de precios que nos permita competir. Esto nos lleva a la siguiente pregunta: ¿qué tipo de relaciones estaríamos generando entonces con el consumidor? Probablemente el tipo de relación en la que al cliente no le importa nuestra marca, y que en el momento en que encuentre una opción similar a menor precio, nos dejará de elegir.

Conexión que perdura

Ahora bien, imaginemos que nuestro propósito pasa por crear un ecosistema del cual se beneficien consumidor, empresa, colaboradores y la sociedad en la que se desarrolla este ecosistema. Esta búsqueda nos llevará inevitablemente a agregar valor a lo que ofertamos y, por consecuencia, a generar relaciones duraderas y beneficiosas para todos los implicados.

En momentos como este, redefinir nuestro propósito puede hacer la diferencia. Y a la hora de hacerlo, es esencial que tengamos en cuenta que detrás de los números y la data, lo que hay son personas, y estas son en realidad quienes tienen la última palabra sobre el destino de nuestra marca.



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